Muchas de nosotras, manejamos mal nuestras emociones

Muchas de nosotras, manejamos mal nuestras emociones

Experimentando emociones

Es muy normal, experimentar emociones en casa o en el trabajo: frustración, ira, cólera, miedo, bronca, todas son emociones negativas. Pero, la forma en que se maneje estos sentimientos, puede contribuir en gran medida a: construir o destruir, tus relaciones entre los que te rodean. Es esencial, desarrollar la capacidad de regular tus emociones, pero tal vez no de la forma en que tu piensas.

Tomemos este ejemplo: un equipo de basquetball, están moviéndose en un juego crítico, y está abajo de encestar para anotar. Justo antes del descanso, un jugador recibe una falta en el área y el equipo recibe un penalti, una gran oportunidad.

Un jugador líder del equipo, se acerca para realizar el tiro. Al principio, parece perfecto ya que se eleva hacia el frente de la red, pero luego rebota y no anota los dos puntos. Derrotado, sale del campo para encontrarse con su equipo para su encuentro de medio tiempo.

El objetivo del entrenador

El equipo está molesto. El entrenador, también. El objetivo del entrenador, es hacer que los jugadores superen esta falta, y ahora listos para regresar al campo, deberían sentirse animados y motivados. La pregunta es: ¿Debería dominar su frustración, poner una sonrisa falsa e ignorar el incidente por completo? ¿O debería ser honesto y expresar plenamente sus sentimientos? ¿Cuál de estos lo ayudará a alcanzar su objetivo?

Regulación emocional

La investigación sobre el tema de la regulación emocional, sugiere que la capacidad de un entrenador para manejar sus emociones, determinará la moral y la motivación del equipo. La regulación de las emociones, es la “habilidad maestra” de la inteligencia emocional.

Pero la forma en que un líder o padre maneja las emociones, es fundamental para determinar si el resultado para el equipo o la familia será positivo o negativo. Las investigaciones sobre este topic, han descubierto que las personas tienden a regular sus emociones de dos maneras: supresión o reevaluación y esto es un hecho.

Reprimir sentimientos

La represión, es lo que hace la mayoría de la gente: esconde sus sentimientos, los reprime y finge no sentirse molesto. Si bien esta es probablemente la estrategia más común, en realidad conduce a una serie de resultados negativos. Reprimir las emociones solo las fortalece.

La actividad en los centros emocionales del cerebro (amígdala e ínsula) aumenta. Del mismo modo, su respuesta de “lucha o huida” se activa aún más, como: la frecuencia cardíaca, presión arterial, conductancia de la piel (sudor de la piel).

Las investigaciones, muestran que reprimir las emociones, eleva la respuesta al estrés de otras personas. Si una madre reprime su ira, por ejemplo, es probable que aumente la presión arterial de sus hijos.

El estrés en la represión

Es posible, que no sepan conscientemente que está enojada, (enfadada) ya que no pueden decirlo objetivamente. Pero, están registrando fisiológicamente el enojo (enfado) y eso desencadena una respuesta de estrés.

La represión, también conduce a menos relaciones cercanas, más emociones negativas, menos apoyo social, menor satisfacción con la vida, memoria más pobre y presión arterial elevada.

Dados los impactos negativos de la supresión, podría pensarse que expresar plenamente nuestras emociones, puede ser una estrategia más eficaz. Sin embargo, hacerlo obviamente, también, puede ser problemático y destructivo.

Piensa en un padre que desata por completo su rabia contra un niño. El impacto puede ser traumático, y el recuerdo del evento puede durar mucho tiempo, como lo demuestra el hecho de que el cerebro se enfoca en lo negativo y solo recuerda eventos altamente emocionales.

Si el entrenador expresara plenamente la frustración que estaba sintiendo en ese momento, probablemente habría destruido la confianza de sus jugadores. En lugar de inspirar conexión y motivación, probablemente dejaría a los jugadores sintiéndose temerosos y abatidos.

Adoptar otra perspectiva

La reevaluación, o adoptar una perspectiva más amplia, puede ser la estrategia más eficaz en esta situación. Por ejemplo: una madre podría recordarse a sí misma “este niño simplemente está cansado, en realidad no quiso lastimar a su hermano pequeño”. Como resultado, se calma y puede atender a sus hijos con mayor facilidad.

El entrenador podría recordarse a sí mismo que “el partido sólo se acaba cuando se acaba”; que este es solo un juego en la temporada. Habrá otras oportunidades para que su equipo brille.

La reevaluación le ayuda a calmarse. Como consecuencia, podría percibir que los jugadores ya estaban decepcionados y que, en lugar de más abatimiento, necesitan aliento. Puede comenzar la reunión reconociendo la decepción de todos, pero enfatizando que el resultado de este revés depende de la determinación de los jugadores de dominar este desafío y darle la vuelta al juego durante los próximos 45 minutos.

Reevaluar, no reprimir

Cuando los líderes y los padres reevalúan en lugar de reprimir, los resultados son mucho mejores para todos.

Recientemente se ha hecho un estudio con 15 entrenadores universitarios y sus atletas. Los entrenadores que tendían a reevaluar con más frecuencia, experimentaron menos emociones negativas. En general, que los entrenadores que tendían a reprimir sus emociones. Los entrenadores de reevaluación, también tenían climas de equipo más positivos, caracterizados por la confianza, la comunicación y la motivación.

Uno de los signos de un líder fuerte (y, por lo tanto, de un padre) es la capacidad de controlar e influir en los estados emocionales de quienes lo rodean. Los líderes, de familias o lugares de trabajo, deben poder inspirar e infundir confianza en sus seguidores para ayudarlos a mantener la motivación y hacer frente a las dificultades.

Para ser efectivos en esta complicada tarea, deben poder regular sus propios sentimientos de manera efectiva. Como modelos para quienes los siguen, los líderes y los padres, también enseñan mecanismos de afrontamiento.

Una madre que respira hondo cuando se siente frustrada, le enseña lo mismo a su hijo con el ejemplo. Un líder que adopta una perspectiva más amplia en tiempos de pérdidas y decepciones ayuda a otros a hacer lo mismo. El resultado, es una mejor atmósfera para todos, donde la regulación de las emociones se modela y se enseña de manera constructiva.

Los beneficios

Los beneficios potenciales de la reevaluación, están respaldados por la investigación sobre las interacciones líder-seguidor. Un estudio reciente, encontró que los líderes que utilizaron la reevaluación en lugar de la represión al dar malas noticias, pudieron ayudar mejor a sus seguidores a manejar sus respuestas de ira. Los seguidores de líderes que utilizaron la represión en este paradigma, expresaron más enojo (enfado) y reportaron actitudes negativas hacia sus líderes.

Ejercita tu músculo de reevaluación

La reevaluación, puede parecer difícil de realizar en tiempos de crisis. A continuación, presentamos una técnica rápida, respaldada por investigaciones que te pueden ayudar a hacerlo: piensa en el problema como un desafío y no como una amenaza.

La creciente evidencia, indica que evaluar los problemas como un desafío, en lugar de una amenaza, ayuda a las personas a concentrarse en la tarea que tienen entre manos y a considerar los pasos que deben tomar para tener éxito. Un marco de desafío, genera resiliencia frente al estrés.

Por el contrario, percibir un problema como una amenaza se ha relacionado con una disminución del rendimiento y la motivación, así como con un aumento de los niveles de estrés.

Estrés vs recuperar la calma

Cuando sus propios niveles de estrés son altos, la reevaluación puede parecer difícil. “Una forma rápida de recuperar la calma y reevaluarse es a través de la respiración profunda”, explica Johann Berlin, director ejecutivo de TLEX Institute dice que: “Al enseñar a los ejecutivos cómo manejarse a sí mismos a través de algo tan fácil como respirar, puede marcar una enorme diferencia en sus equipos”.

Las investigaciones sobre nuestra parte emocional, muestran que puedes calmar rápidamente tus emociones usando solo tu respiración.

Las inhalaciones aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial, mientras que las exhalaciones las ralentizan.

Un ejercicio fácil que puede hacer incluso en medio de una reunión de trabajo o en casa, es exhalar durante el doble de tiempo que inhala. Si tienes un poco más de tiempo, prueba este ejercicio o, mejor aún, prueba una clase de respiración, que te lleva a través de una práctica de respiración específica que puede calmarte rápidamente.

Conclusión

Entonces, ¿cómo se puede estar mejor preparada para situaciones de alto riesgo, cuando más necesitas regular? Practica estos ejercicios en situaciones de bajo riesgo. Practícalos a diario. Estará bien versado cuando las cosas se pongan estresantes.

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