El dolor emocional y cómo afecta al cuerpo humano

El dolor físico o emocional o ambos a la vez, es un indicador de que algo no va bien en nuestro cuerpo y mente. Es una señal que nos envía nuestro organismo para que lo atendamos y pongamos una solución, para no poner en peligro nuestra vida.
El dolor en sí, es incómodo, porque tiene una función importante para la supervivencia y no parará hasta que hayamos resuelto la causa o buscado un remedio.
La definición anterior, lo explico bien lo que es dolor físico y emocional, pero existe otro tipo de dolor, que en ocasiones puede llegar a ser tan intenso e incluso más, que el dolor con causa orgánica: el “dolor emocional”. Y, quiero hacer hincapié en esto, porque todo esta relacionado.
¿Qué es el dolor emocional?
Todos hemos sentido alguna vez ese dolor emocional, que cuando sentimos que nos desgarramos por dentro, que la tierra tiembla bajo nuestros pies o que nuestras piernas no nos sostienen, es un indicador de que algo no va bien.
No se trata de un problema orgánico, sino emocional y suele estar muy asociado al sentimiento de pérdida, bien sea por una traición, una ruptura… pero se hace especialmente intenso ante la pérdida de un ser querido, en caso de un duelo, lo mismo cuando alguien nos rechaza o nos abandona sean padres, amigos o exparejas.
¿Qué consecuencias puede tener el dolor emocional?
El dolor emocional, está muy unido con nuestro cuerpo. Y, cuando sufrimos emocionalmente, nuestra salud se puede alterar provocando lo que se denominan trastornos somáticos.
Las emociones de afectos negativos, producen una activación en el cuerpo, que no sólo pueden producir una sensación de malestar. Sino que además pueden llegar a crear una importante activación fisiológica del sistema nervioso autónomo y del sistema endocrino, que acabe produciendo dolor físico.
Es decir, puede aparecer un dolor físico, en forma de cefaleas, molestias gástricas como: vómitos y diarreas, problemas cutáneos que no tienen una aparente causa orgánica, sino que ocurren por el desgaste emocional.
Cuando decimos que un dolor es de tipo somático, no significa que sea irreal o que no duela. Puede llegar a doler mucho, pero la causa está en la intensidad de nuestras emociones desagradables.
Por tanto, la solución no está en la medicación o en las pruebas médicas, sino en arreglar o al menos soliviantar ese dolor emocional.
¿Cómo gestionar el dolor emocional?
Para poder gestionar el dolor emocional, el primer paso es ser consciente de su existencia.
El principal objetivo, es aprender a reconocer y gestionar nuestras emociones, reconocer que nos sentimos tristes, angustiados o incluso desgarrados por la pérdida de algo en particular, por ejemplo.
Cuando lo negamos, cuando no somos capaces de admitirlo, muchas veces por el temor a preocupar a los demás, nos hacemos un flaco favor, porque no ayudamos a canalizar dicho dolor y es más fácil que desarrollemos trastornos de tipo somático.
Consejos para superar el dolor emocional
- Reconoce cómo te sientes interiormente y cómo te afecta en el cuerpo
- Es una sensación muy desagradable, pero negarlo no hará que desaparezca, incluso puede agravar la situación.
- No te guardes los sentimientos
- Es duro y difícil, pero expresar nuestros sentimientos es el primer paso para regularlos.
- Puede que ahora no te apetezca hablar con nadie, bien por temor a preocuparles, bien porque quieres reservar un espacio para ti.
- No obstante, siempre puedes escribir cómo te sientes.
- Practica la escritura creativa, llevando un diario íntimo.
- Te puede ayudar a canalizar tus emociones, a comprender mejor cómo te sientes, a conocerte mejor a ti mismo y a liberar la carga emocional que llevas encima.
- Practica el autocuidado
- Reserva espacios para ti, escucha a tu cuerpo, cuáles son tus necesidades, desde las más básicas, a las emocionales.
- Permítete llorar, Es una buena formula para canalizar el dolor.
- Procura no alterar los ritmos de sueño y vigilia
- Es normal que te cueste conciliar el sueño y que te despiertes varias veces a lo largo de la noche. Sin embargo, en la medida de lo posible, respeta la hora de acostarte y de levantarte.
- Una de las funciones del sueño, es regular la ansiedad y las emociones desagradables.
- Cuida tu alimentación
- Intenta que sea lo más parecida a la que hacías antes de la pérdida, o incluso pone el foco en mejorarla. Te ayudará a pensar en otras cosas.
- Practica la autocompasión
- Vigila los mensajes que te envías a ti mismo. ¿En que términos te tratas?
- La primera persona que debemos de cuidar, somos nosotras/os mismas/os.
- Se trata de aprender a ser amables con nosotros mismos, a no juzgar nuestros sentimientos y aceptarlos.
- Háblate como si fueses tu mejor amigo/a
- ¿Qué le dirías si estuvieses en la misma situación? ¿Serías tan dura/o, machacando una y otra vez? ¿Tanto te odias? Esas palabras duras, transfórmalas en reconfortantes siempre puedes decírtelas a ti misma/o.
- Empatiza con el dolor de los demás, pero también, contigo misma/o.
- Entender que las emociones, son parecidas a las tuyas, también te harán ser más comprensiva/o respecto a tu/su dolor.
- Si lo necesitas, pide ayuda
- Tus familiares y amigos siguen estando ahí, seguro que sus palabras pueden ser reconfortantes.
- Recuerda que las/los profesionales, también estamos para ayudar y acompañar en los procesos de duelo.
Aquí les expongo las preguntas que me hacen en consulta y que estoy segura que vosotras querrás saber…
¿Qué causa el dolor psicológico?
¿Qué es un dolor mental?
¿Dónde duele el dolor emocional?
¿Cuánto tiempo dura el dolor emocional?
¿Cómo transformar el dolor emocional en algo positivo?
- Tómate el tiempo que sea necesario.
- Sé consciente de tu sufrimiento.
- Dedícate tiempo a solas y logra aliviar el dolor emocional.
- Evita tomar decisiones apresuradas.
- Busca apoyo para aliviar tu dolor emocional.
- Deja de aferrarte.