El cuerpo habla, cuando nosotras callamos una emoción

El cuerpo habla, cuando nosotras callamos una emoción

El cuerpo habla, cuando nosotras callamos una emoción. Y, de eso quiero hablarte hoy. ¿Cuántas veces ante emociones fuerte, callamos y luego el cuerpo nos pasa factura? A veces, no se comprende el por qué y otras, sabemos de dónde viene ese dolor insoportable.

Hasta antes de la pandemia, siempre hemos echado culpas a otros sobre lo que nos pasaba o si teníamos algún síntoma de dolor físico nos autoconvencíamos que era algo que había digerido y nos había sentado algo mal.

Hoy por hoy, nos dieron tremendo sacudón mental y físico, pues las viejas creencias, caducaron en el 2020. Fueron los dolores, lamentos, abusos mentales constantes. Fue un antes y un después.

El cuerpo, tiene memoria, si si, estás leyendo bien. Porque en él ha quedado grabado parte de nuestra historia, desde que nacimos hasta la actualidad, pasando por todas las etapas y momentos felices y no tan felices de nuestra vida. Y, la enfermedad, es un mensaje del cuerpo y de la mente.

Los profesionales de la salud, lo llaman somatizar, que es transformar una emoción reprimida en un dolor físico. Los psicólogos le dicen: Alexitimia, no es otra cosa que no saber identificar lo que las emociones nos están queriendo decir.

Para los psicólogos, la alexitimia, es un desorden neurológico que hace imposible detectar y reconocer las emociones propias y, por tanto, hace incapaz la expresión emocional de la persona afectada, haciendo parecer que son personas sin emociones.

Qué es la alexitimia en psicología

  • Problemas interpersonales. Una persona con alexitimia, tiene dificultades con sus relaciones interpersonales, ya que no pueden dar feedback emocional a las personas de su círculo social. Por ejemplo: una persona con alexitimia no podría mostrar condolencias ni tristeza por la pérdida de un ser querido de un amigo o familiar, o se vería incapaz de mostrar alegría por la promoción de un compañero al trabajo. A vista de los demás, un alexitérico, parece una persona con falta de sentimientos, con insensibilidad emocional, fría, calculadora y pragmática.
  • Sufrimiento emocional. ¿Realmente son personas sin emociones? La alexitimia, no implica una ausencia de emociones, pues un alexitérico aún las preserva. Al no poder reconocer o definir el bullicio de emociones que sienten, se ven incapaces de regular sus sentimientos. Esto conlleva a que fácilmente se vean abrumados por sensaciones que no entienden y que no puedan controlar, generando un alto nivel de sufrimiento emocional. Como es de suponer, implica un desgaste importante de la calidad de vida de una persona con alexitimia.

¿Quién padece alexitimia?

El trastorno, suele estar más presente en personas que han padecido alguna enfermedad neurológica, o padecen trastornos psicológicos, como por ejemplo: la depresión, la ciclotimia, la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo o en pacientes con la enfermedad de Parkinson.

Las emociones no exteriorizadas

Pero, volviendo a las emociones en si, todo este trastorno, se puede alojar en alguna parte de nuestro cuerpo, y así dar vida a una enfermedad. Entonces, viene el insomnio, el dolor de cabeza, dolores estomacales, diarreas, obesidad, las enfermedades inexplicables, y hasta los diferentes tipos de cáncer. También la fibromialgia, las enfermedades cardíacas.

El mensaje es claro. Las enfermedades que padecemos, no vienen por que si, vienen por y a través de las emociones y son las respuestas a agresiones, dolores y pérdidas. Hace poco un amigo médico me dice: Oye, Viviana, dales paso a las bacterias y a los virus, no? También existen.

Claro, las razones para ti, son mediante bacterias, virus, pero no emocionales. Por supuesto, que hay microorganismos portadores de enfermedades. Pero, las emociones no resueltas, también generan daño. Un sistema inmunológico vulnerado por una depresión o un duelo no resuelto, es normal o probable que no cumpla con toda su función.

Esto, es una invitación a que una persona haga un análisis introspectivo a través de esa emoción que le está señalando su cuerpo.

La velocidad en la que estamos viviendo, algunas veces, no nos permite contactar con lo que sentimos, necesitamos. Así que, este es el momento para que tu le preguntes a tu cuerpo: ¿Cómo estás? ¿Qué necesitas? Por supuesto, después que le preguntes, escúchalo simplemente.

Una pequeña historia que contar

Cuando escribí mi primer y segundo libro, llamados: Más allá del Tiempo y luego Molesta con la Vida, mi amiga Susana, padecía una enfermedad que podría haberla llevado a la muerte, sino cambiaba el chip. Poco a poco, recordaba mis palabras acerca de que las emociones fuertes y no expresadas, son las respuestas a que su cuerpo explotara con esa enfermedad que pocas personas superan.

Hacia Tik Tok, bailando y diciendo que no la llevaría al otro lado del velo. Mostraba su lado fuerte y débil a la vez. Mostraba la angustia de su familia y quería que la recordaran alegre, divertida, con fuerza. Pero, interiormente, tenía miedo, angustia, lloraba a solas, luego se duchaba y salía con una sonrisa.

Iba a una psicóloga para gestionar sus emociones, pero la profesional de la salud mental, no le enseñaba a cómo gestionarla. Hasta que decidió abandonar y dedicarse a leer libros de sanación.

Sin decirme nada. Una tarde me llamó a mi móvil y me dijo: – Viviana, he estado leyendo tus libros – y se puso a llorar. Dejé que se calmara. Y después de un silencio largo, me dijo: – Hace un mes, vengo leyendo tus consejos sobre sanarme. Y, el médico oncólogo, me llamó diciendo que habían bajado los niveles cancerígenos en mi cuerpo. También, estoy practicando Reiki, ya que somos energía.

Quiero seguir curándome. Creer o reventar, ya no daba un céntimo por mi vida. Claro que cada seis meses debo hacer revisión. Pero, te quiero dar las gracias por ayudarme a través de tus libros-.

Me quedé por un momento en silencio, mis lágrimas empezaron a brotar solas y le contesté: – Dale gracias a Nuestro Padre, a tu Ángel de la Guarda, a los Arcángeles, Maestros Guías, Maestros Ascendidos y Espirituales amén a los Ancestros, que han hecho posible para yo fuera el medio para llevarte a la reflexión y meditación.

Mis libros comunican, amor, que es lo que a ti te hace falta. Esa energía del amor, que necesitamos para cambiar nuestra mentalidad. Trabajando nuestras emociones, libramos al cuerpo cualquier toxicidad interna.

Conclusión

Ahora bien, ¿En dónde se expresa más tu cuerpo? En la piel, colon, estómago, pies, espalda, cuello, etc. Es bien conocido en diferentes libros, sobre el lenguaje no verbal de nuestro cuerpo y otros que analizan los órganos de nuestro cuerpo y su reacción frente a las emociones. Nos están diciendo a cada instante si el cuerpo grita su dolor o su rebelión.

Conocerlo bien, es sin duda, nuestro primer gran cuidado, y escuchar nuestro cuerpo, es mantener el equilibrio de nuestra salud física y mental. Tenemos que aprender a escuchar y a entender lo que nos dice nuestro cuerpo. No hagamos oídos sordos.

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