
¿Hasta qué punto dejamos que nos domine la angustia y ansiedad?
Hay personas que dejan que su angustia y ansiedad, domine su mente y cuerpo para el lado que quiera. Esto es, sentir como poco a poco le ordenas a tu cerebro que sienta la angustia y ansiedad, llevándolo al límite que tú desees, en vez de controlar y saber resolver paso a paso un problema o una decisión que deberías tomar para salir adelante con tu vida.
Como sabrás este fenómeno llamado «agobio», está asociado al miedo, a la angustia y a la ansiedad que se provoca en nuestro interior.
Si analizamos que la angustia irrumpe nuestro estado mental sano, nos vuelca a un estado afectivo interno que causará un gran malestar. Esa sensación de sofoco, sufrimiento mental e incluso tristeza. Está relacionada con el temor (miedo irracional), la desesperación y, en muchos casos, con la incertidumbre.
El miedo a la separación, el acoso en la escuela o en el trabajo o los pensamientos irracionales e intrusivos, entre otras situaciones, pueden provocar angustia lo cual nos desequilibra hasta donde nosotros querramos.
Es frecuente que el término angustia se confunda con ansiedad. En este post quiero hablarte de las diferencias entre ambos conceptos y vamos a profundizar en las causas, los síntomas y los posibles tratamientos de la angustia para que puedas resolverlo.
Las diferencias entre la angustia y ansiedad
No es fácil entender la diferencia entre angustia y ansiedad, pues son términos que suelen emplearse como sinónimos en muchas ocasiones. Inclusive hay autores, que consideran que la diferencia se encuentra en que mientras la ansiedad se emplea en el ámbito clínico, la angustia tiene un origen más bien filosófico, y es especialmente importante en el existencialismo.
Ahora bien, en psicología (o psiquiatría) Sigmund Freud también hablaba de “angustia realista” y “angustia neurótica”, refiriéndose a esta última como un estado patológico. En la actualidad, para muchos, la línea entre ansiedad y angustia sigue siendo confusa. Pero la realidad es otra. Todo está en tí y en cómo manejas tus pensamientos, actitudes y formas de resolver problemas o decisiones.
No hay consenso en cuanto a la diferencia
Si continuamos analizando en filosofías, solo queda en eso, muchas conjeturas sin bases existenciales. Es que a pesar de los intentos por distinguir estos conceptos por parte de filósofos, médicos y psicólogos, hoy en día siguen confundiéndose estos términos y son usados como sinónimos en muchos casos.
Algunos autores han considerado que en la angustia imperan los síntomas físicos, mientras que en la ansiedad priman los psicológicos (si bien esta distinción entre síntomas es aún más confusa). La pregunta sería: ¿por qué se nos quiere confundir filosófica, médica y psicológicamente?
También se ha considerado que la angustia tiene un efecto paralizante sobre el individuo, mientras que la ansiedad activa una reacción motora de sobresalto. Sin embargo, en la actualidad, cuando se habla de ansiedad también se tienen en cuenta tanto los síntomas físicos como psicológicos.
Un ejemplo claro de cómo se emplean estos conceptos de manera indistinta es: cuando se menciona el trastorno de pánico, pues también recibe el nombre de crisis de ansiedad o trastorno de angustia.
Ambos términos se utilizan como sinónimos en la actualidad, puesto que se tiene en cuenta que son estados psicológicos displacenteros que presentan síntomas fisiológicos de manera habitual, y se caracterizan por la expectación dolorosa ante un peligro poco preciso. ¿Estas de acuerdo con esto? Yo no.
Es verdad, que la mente hace que te paralices ante la angustia que te provoca alguna situación extrema de primeras, y hasta inclusive te dé ansiedad, porque eso te provoca malestar.
Y claro, la persona que lo sufre, reacciona mental y físicamente mal.
¿Qué es la angustia?
Si bien la ansiedad y la angustia destacan por parecerse al miedo, son diferentes a este último en el sentido, que el miedo se manifiesta ante estímulos presentes, y la ansiedad o la angustia ante la anticipación de peligros futuros, indefinibles, imprevisibles e incluso irracionales. Pero todo está en tu mente, porque todo lo puedes resolver, sin llegar a sucumbir ante un problema o decisión.
Como no están acostumbrados nuestros pensamientos a decir: » tenemos este problema o esta decisión que debemos tomar concienzudamente, permitiendo que fluya esa capacidad de resolución, en nuestras creencias, la mente nos dicta que no sabes cómo actuar ante situaciones extremas que se te presenta en el momento».
La angustia puede ser adaptativa y útil, en el sentido de que es una reacción normal en nuestro día a día, e incluso llega a ser beneficiosa en ciertos contextos. Por ejemplo: al cruzar una carretera con el semáforo en rojo, pues nos mantiene alerta para que no nos atropellen. ¿Te provoca angustia y ansiedad? No. Porque el semáforo rojo te indica: ¡DETENTE!

La ansiedad y angustia
Pero tu, a tu mente, a tus pensamientos, no le dices: ¡DETENTE! esta angustia y ansiedad que tienes en este momento no resuelve nada. Solo tu puedes cambiar esa CREENCIA de decirle ¡ADELANTE! estás preparada para avanzar y tirar esta piedra a un lado para continuar tu camino.
Pero si pensamos en una crisis de ansiedad o un trastorno de angustia, la persona tiene una reacción de angustia desproporcionada, que paraliza al individuo, y en el que cobran presencia los síntomas psíquicos como la sensación de ahogo y peligro inminente, que nada tienen que ver con la realidad. Es por eso que puede llegar a ser considerada una psicopatología. ¿Quieres llegar a esos extremos para compadecerte a ti misma? ¿Es más cómodo mostrarse «indefensa» y provocar pena para que otros resuelvan lo que tú deberías resolver a conciencia?
Sus causas
Esta situación de angustia no solo aparece de forma aguda como en el caso del trastorno de pánico, sino que hay otros factores que pueden llevar a sufrirla. Por ejemplo: cuando no tenemos claro nuestro futuro y entramos en una crisis existencial que no nos deja dormir pensando en cómo solucionaremos el problema.
Generalmente la angustia aparece en situaciones en las que la persona se enfrenta a situaciones difíciles, donde hay un elemento amenazante (físico o psicológico), pero también en aquellas situaciones en las que la persona no ve claro el camino a seguir y, por tanto, vive una situación de incertidumbre.
A nivel biológico, también hay estudios que afirman que la predisposición genética está presente en esta condición, y que algunos neuroquímicos juegan un papel importante en la angustia. Lo cual yo no estoy de acuerdo. Si bien, hay un aumento de adrenalina o una reducción del ácido gamma-aminobutírico (GABA) no es una gran verdad como se quiere mostrar a la gente.

Trastornos de ansiedad y angustia
Los síntomas de la ansiedad y angustia
La angustia presenta una serie de síntomas característicos:
- Preocupaciones y temores excesivos.
- Imaginación de escenarios catastróficos.
- Desesperación.
- Falta de aire, mareos, sudoración tensión muscular, sequedad de boca o fatiga.
- Opresión en el pecho.
- Sofoco.
- Evitación de situaciones temidas.
- Dificultades para dormir.
¿A qué te ha pasado todo esto alguna vez o periódicamente? Pues vas a tener que cambiar esa actitud y aprender a enfrentar y asumir lo que tengas por delante de ti.
Posibles tratamientos
Los problemas de angustia y ansiedad, son muy frecuentes en nuestros días. Y, sin lugar a dudas, el tratamiento más efectivo para solucionarlo es acudir a terapia psicológica, pero ojo, las respuestas están todas en ti y en tus creencias. No es que el psicólogo o el coach te solucionarán la vida. Si será una guía para que encamines y resuelvas lo que tanto te preocupa.
Todo estará en trabajar en una terapia cognitivo conductual, que luego continuará con una terapia de aceptación y compromiso por parte del paciente.
Los fármacos son y no son un aliado para un paciente que tiene ansiedad y angustia. A veces hace un efecto rebote, porque no soluciona el problema, sino que lo intensifica en vez de hacer que el paciente esté lúcido para resolver situaciones o decisiones. Pero esto último queda en manos de un facultativo y el paciente.
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Yo tengo angustia !
Deberías trabajar en tu angustia, para poder soltarla y dejarla volar.
Beso